De esta manera, puedo ponerlo literalmente a cuatro patas llorando, escupirle en la cara, ir al juzgado haciéndome la afectada cuando en verdad no quiero, ni más ni menos, que quedarme con cuanto más dinero mejor mientras el otro fallece de inanición en la calle y así, de esta forma, poder subirme aún más el ego.
Es una pasada vivir en este país. Cuando acabe la carrera de Enfermería, también conocida como Grado de Enfermería, pienso hacer las oposiciones y, para conseguir plaza, me pondré de rodillas tal y como lo hace mi heroína Irene Montero para empezar a realizarles una sustancial extracción de lefa a los miembros del tribunal evaluador. En caso de que sean mujeres, mucho mejor pues no tendré que meterme ninguna flauta travesera Horner en la boca, salvo el sushillón que le será lamido a cada una de estas señoras suecas.
¿Qué os parece mi estilo de vida y mis ambiciones?
Lo sé, a mí, personalmente, me encantan.
Un besito mis amores que os peleáis porque en mi boca esté vuestra empequeñecida salchicha.
Yaiza Gámez López.